El estrés laboral es uno de los principales retos en cualquier entorno de trabajo, y gestionarlo adecuadamente beneficia tanto a equipos como a líderes. Una estrategia eficaz comienza con la comunicación: compartir las cargas de trabajo, definir prioridades y establecer objetivos claros evita confusiones y sobrecargas innecesarias.
Para las personas trabajadoras, incorporar técnicas como la respiración consciente, ejercicios de relajación o incluso breves pausas para desconectar pueden marcar la diferencia. Para quienes lideran equipos, el reto está en fomentar un ambiente empático donde cada integrante se sienta escuchad@ y apoyad@. La flexibilidad en los horarios, la promoción de pausas activas y el reconocimiento del esfuerzo son prácticas que ayudan a reducir la presión.
Recuerda que gestionar el estrés no es un esfuerzo aislado, sino un compromiso colectivo. Cada acción que tomamos, por pequeña que parezca, contribuye a construir un entorno laboral más sano y equilibrado para tod@s.