La autonomía se puede definir como la capacidad del ser humano de poder actuar de acuerdo a decisiones propias de manera independiente. Lo opuesto es la heteronomia.
Cuando hablamos de autonomía en el trabajo nos referimos a aspectos relacionados las condiciones de trabajo referentes a la capacidad y posibilidad individual del trabajador para gestionar y tomar decisiones tanto sobre aspectos de la estructuración temporal de la actividad laboral como sobre cuestiones de procedimiento y organización del trabajo.
La falta o el exceso de autonomía es un factor que puede causar riesgos psicosociales al trabajador, manifestando consecuencias tales como: fatiga física y mental, alteraciones familiares y sociales, sentimientos de insatisfacción o de aburrimiento insoportable, estrés, conflictos derivados en situaciones de acoso o de violencia laboral,…
Fruto de la colaboración con el Grupo IMQ e IMQ Prevención hemos diseñado esta infografía que habla de este Factor subdividiéndolo en autonomía temporal y autonomía decisional.
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